jueves, 8 de enero de 2009

Germaine (I)


"Germaine había nacido puta; estaba plenamente satisfecha de su papel, disfrutaba con él (...). Sin duda, había dias que estaba hasta la coronilla, como se suele decir, pero... ¡nada más! La mayoría de las veces disfrutaba... o daba la impresión de disfrutar. Por supuesto, no le daba igual con quien iba... o con quien se iba. Pero lo principal era un hombre. ¡Un hombre! Eso era lo que anhelaba. Un hombre con algo entre las piernas que pudiera hacerle cosquillas, que pudiese hacerla retorcerse en éxtasis, hacerla agarrarse el tupido coño con las manos y restregárselo gozosa, jactanciosa, orgullosa, con una sensación de unión, de vida. Ese era el único sitio en el que experimentaba alguna vida: ahí abajo, donde se agarraba con las manos".

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