martes, 9 de diciembre de 2008

"Allí nos encontrábamos a menudo. En verano había un tenderete abigarrado donde a ella le gustaba saborear tajadas de sandía y sorbetes de colores brillantes. Naturalmente, llegaba siempre un poco tarde, de vuelta quizá de una cita en una habitación oscura en la que yo trataba de no pensar, tan frescos, tan jóvenes eran los pétalos abiertos de la boca que caía sobre la mía para saciar la sed del verano. Quizá el hombre al que acababa de abandonar rondaba aún en su memoria, quizá persistía aún en ella el polen de sus besos. Pero eso importaba muy poco ahora que sentía el leve peso de su cuerpo apoyando su brazo sobre el mío, sonriendo con la sinceridad generosa de los que han renunciado a todo secreto..."

En Justine, de Lawrence Durrel

1 comentario:

Clo dijo...

Tengo que leer tanto el Cuarteto de Alejandría... pero ya!
Biquiños!