domingo, 26 de julio de 2009

Germaine (III)


"Cuando estaba tumbada con las piernas abiertas y gimiendo, aún cuando gimiese de aquel modo por todos y cualquiera, estaba bien, era una demostración adecuada de sentimiento. No miraba fijamente al techo con ojos inexpresivos, ni comentaba los chinches del empapelado de la pared; ponía los cinco sentidos en lo que estaba haciendo, decía lo que un hombre quiere oir cuando está montando a una mujer (...) Era ignorante y lasciva, ponía alma y corazón en su trabajo. Era puta de pies a cabeza... ¡y esa era su virtud!"

1 comentario:

info@alkorkonita.com dijo...

me encanta la ilustración... es genial tio...
Y el texto tb muy bueno...